miércoles, 9 de mayo de 2007

Anorexia, también en niños...

En contraposición con la obesidad infantil encontramos la anorexia infantil. A continuación ofrecemos una información detallada sobre ésta:

La anorexia infantil es un motivo muy frecuente de consulta al pediatra, fuente de graves conflictos familiares y causa de hondas preocupaciones. Para muchos padres, el término anorexia les parecerá de extrema gravedad, probablemente por asociación con la anorexia nerviosa del adolescente un cuadro clínico radicalmente distinto que aparece en otro momento de la vida (cercano a la pubertad) y con importantes implicaciones psiquiátricas y somáticas. En realidad anorexia, es la palabra con la que designamos técnicamente la falta de apetito.


En la infancia la inapetencia puede responder a enfermedades orgánicas, ya sean agudas (como el caso de un catarro o unas anginas), o crónicas (como la que acompaña a las enfermedades digestivas); pero también puede haber anorexias de causa psicógena, con formas simples y transitorias como las que aparecen tras el destete, el nacimiento de un nuevo hermanito, la entrada en la guardería o la interrupción del contacto con la madre, y formas más complejas como la denominada anorexia esencial de la infancia que puede llegar a afectar a uno de cada 3 niños menores de 8 años. De hecho, una circunstancia puntual como la interrupción de la lactancia materna puede ser el percutor o precipitante que desencadene una anorexia infantil crónica.

Podemos decir que un niño sufre este tipo de anorexia esencial cuando existe dificultad persistente para comer adecuadamente (esto es, con incapacidad significativa para aumentar de peso). Consideramos que el trastorno es persistente cuando nos lo encontramos sistemáticamente todos los días durante, al menos, un mes y siempre que no exista una enfermedad orgánica, un trastorno mental importante o una falta de disponibilidad de alimento que lo justifiquen. El problema suele aparecer antes de los 6 años, aunque puede prolongarse durante más tiempo.

Cuando analizamos las causas del estancamiento de peso vinculadas a falta de apetito, nos encontramos que sólo el 20 al 35 % de los niños que no consiguen ganar peso tienen un problema orgánico tangible y más del 50 % tienen dificultades en el entorno familiar, social o psicológico. El resto, son casos en los que no se llega a averiguar la causa nunca, aunque habitualmente mejoran de una forma espontánea e impredecible tras un período más o menos prolongado de tiempo.

¿Por qué no comen los niños?
Puede ocurrir por motivos diversos que pueden ser distintos para cada pequeño. Junto con los condicionantes psicológicos (celos del hermanito...) y las enfermedades orgánicas que ya he mencionado (erupción dental...), se pueden identificar otros factores que influyen sobremanera en la conducta alimentaria de muchos inapetentes, como por ejemplo la personalidad. Así podemos observar cómo los niños más inteligentes o aquellos “movidos” a los que los médicos llamamos hiperkinéticos tienden a comer poco. En unos y en otros porque el hecho mismo de la comida representa una pérdida de tiempo, un período durante el cual no pueden disfrutar de su insaciable actividad exploradora del medio; bien por su afán de aprendizaje en el primero de los casos; bien por su incapacidad manifiesta para concentrarse en una tarea, siquiera unos minutos, en el segundo supuesto.

En ocasiones no hay ningún problema, simplemente su incapacidad para comer todo lo que les ofrecemos tiene que ver con el ritmo de su desarrollo psicomotor, porque del mismo modo que no todos los niños comienzan a caminar o a controlar la orina al mismo tiempo, ciertos muchachos tardan en apreciar la riqueza de matices de una alimentación variada. Algunos niños incluso experimentan, a lo largo de su maduración, un período regresivo en el que disfrutan volviendo a un momento más antiguo de su niñez. De repente hablan como bebés o utilizan nuevamente el chupete y, por supuesto, desean volver al biberón aún después de haber superado la cuchara. Es como si quisieran quedarse enquistados en una fase anterior y profundamente infantil para disfrutar de todos sus privilegios. A esta situación, los psicólogos la llaman “síndrome de Peter Pan” en clara alusión a ese personaje de los cuentos que vivió permanentemente como un niño, sin madurar, sin crecer.

También puede ocurrir que un niño rechace algunos alimentos concretos o el mismo hecho de comer por situaciones desagradables vividas con anterioridad. Tal ocurre cuando les hacemos comer bajo presiones o amenazas, convirtiendo un hecho fisiológico (comer) en una lamentable obligación. Desde luego, si castigamos sistemáticamente a un niño para conseguir que se termine un vaso de leche, es harto probable que la acabe aborreciendo para el resto de sus días. En cambio nos maravillamos viendo cómo los niños disfrutan con algunas comidas (casi siempre las mismas para toda la chiquillería), que ya de por sí tienen sabores agradables, y que además ofrecemos en atmósferas gratificantes como bodas, cumpleaños, pizzerias, hamburgueserías o en relación con distintas celebraciones o salidas del ámbito doméstico.

¿Cómo solucionaremos esta inapetencia?
Debemos luchar en dos frentes: fomentando el apetito (platos vistosos, vajillas atractivas, comidas encubiertas...) pero sobre todo recuperando el circuito normal de hambre-saciedad en el niño estimulando el ejercicio, imponiendo tiempos cortos a las comidas y dejando parte del control de la alimentación al niño, esto es, permitiéndole que regule la cantidad de comida ya que nosotros gobernamos los otros dos: el intervalo entre las tomas y el tipo de alimento.

("CUANDO LOS NIÑOS NO COMEN: GUIA PARA PADRES" Dr. Julián Lirio Casero)

Para una mayor información sobre este tema, pinchar aquí.

A continuación proponemos una serie de menús para un adecuado desarrollo en el niño.

Obesidad Infantil: Un serio problema...

Esta semana, y siguiendo con el tema de la Salud y de la Alimentación, trataremos el tema de la obesidad infantil, ya que creemos que es un problema actual.

Así, aproximádamente del 25 al 28% de los niños presentan obesidad infantil, pero lo más preocupante es que en los últimos 20 años se ha incrementado de manera importante esta proporción hasta casi un 60% más.

El problema empieza desde la forma y el tipo de alimentación de la madre antes de concebir al niño, continúa con la forma y el tipo de alimentación de la madre durante el embarazo, la forma y el tipo de la alimentación de la madre durante la lactancia, la introducción de la alimentación (ablactación) en el bebe, siguiendo así esta cadena.

A continuación proponemos una escaleta con el IMC (Índice de la Masa Corporal) normal para niños de dos a seis años:

2 años

Niño --> 16.4

Niña --> 16.4

3 años

Niño --> 16

Niña --> 15.7


4 años

Niño --> 15.7

Niña --> 15.4


5 años

Niño --> 15.5

Niña --> 15.1


6 años

Niño --> 15.4

Niña --> 15.2

No obstante, estos son valores aproximados y en caso de duda, se recomienda consultar a su pediatra.

Para calcular el Índice de Masa Corporal (IMC) recurriremos a la siguiente fórmula:

Peso/Talla2 (Kg/mts2)

  • Se considera normal un IMC entre 19-25 kgs/mts ².

  • Se considera sobrepeso a un IMC > 25 kgs/mts ².

  • Se considera obeso a una persona con IMC > 30 kgs/mts ².
Para una infomación más detallada, pinchar aquí.

Ante la pregunta que muchas madres se pueden plantear al tener un beber, y siguiendo con el tema que precede, sugerimos las siguientes cuestiones y/o indicaciones:

¿Mi bebé será obeso?
Que un bebé se vea "gordito" o que esté en el limite superior de su peso a una edad determinada, no quiere decir necesariamente que ese niño, cuando crezca, va a ser un adulto obeso.

Si se mantiene dentro de los límites, deseados del peso correspondiente a su edad, según va creciendo, no hay nada que temer: el niño se desarrolla en la forma en que se supone que lo haga.

A medida que el niño crece, aumenta su consumo de calorías y por lo tanto, aunque coma más, es posible que siga manteniéndose dentro de los límites deseables. Podría suceder también que cuando el niño comienza a caminar, a correr y a interesarse en descubrir su nuevo mundo, se olvide de comer.

Igualmente puede pasar por problemas familiares, problemas en la escuela y en ese caso, conviene prestar atención y adoptar una actitud conveniente hacia la comida: hacerla más atractiva, más nutritiva, etc.

Un Indicador casi seguro
Un índice casi seguro para saber si tu hijo será un adulto obeso, es mirar a su alrededor: ¿Qué clase de familia son ustedes? Si el niño proviene de una familia en que todos son obesos es muy difícil que el niño vaya a ser delgado. No sólo por herencia, sino por los hábitos de comida.

Alimentar a tu hijo no es una gran ciencia. Cada niño es un individuo que ya desde pequeño tiene sus gustos y preferencias. Algunos niños están listos para las primeras cucharadas de cereal a los 4 meses y otros a los 6 meses.

Entre usted y el pediatra pueden tomar la mejor decisión de cuándo introducir poco a poco frutas, vegetales y carnes.

Por último, en el siguiente enlace, se puede observar un claro y real ejemplo de una niña que padece obesidad infantil.

Este ejemplo, se contempla en este apartado con la finalidad de hacerlo llegar a todas aquellas personas que puedan considerar en algún momento, que la obesidad infantil no se trata de un verdadero problema.

martes, 8 de mayo de 2007

Médicos sin fronteras Vs Anesvad

Esta semana hemos analizado los portales web 'Médicos sin fronteras' y 'Anesvad' para realizar una comparativa general de las páginas concretando desde el punto de vista del usuario.

Tipo de usuario: Persona que quiere ir de voluntario a un determinado lugar donde se precise ayuda en verano.

Contenidos a analizar:

- Lugares o zonas donde se precise ayuuda.
- Características de este lugar, como población, principales problemas...
- Ayuda que se requiere o labores a realizar.
- Requisitos necesarios (preparación que se requiere, vacunas...)
- Tiempo de estancia.
- Experiencias de otras personas.
- Alojamiento.
- Equipaje que se precisar llevar.

¿Qué ONG resuelve mejor estas cuestiones?


Prácticamente no resuelve ninguna de las cuestiones planteadas anteriormente.



Esta página, quizás se ajusta más a las cuestiones planteadas, de todos modos, son pocas cuestiones las que resuelve, como son:
- Lugares o zonas donde se precisa ayuda.
- Características de estos lugares: población, problemas, habitantes, extensión del lugar...